domingo, 28 de octubre de 2012

¿El fin de los Portales del Arte?



Esta mañana, como ocurre casi todos los domingos desde mayo de 2010, en el portal Hidalgo se instaló el pintor Ricardo Zorrero, del grupo Portales del Arte, para exponer algunos de sus cuadros. Esta vez trajo seis: un bodegón con frutas regionales, un monte Calvario y algunos de tinte surrealista, como un árbol de lunas.
Además de las visitas que siempre recibe, como las personas que se detienen a mirar sus cuadros o quienes llegan a platicar un rato con él, hoy recibió a dos distinguidos personajes: una funcionaria municipal, que lo invitó a dar clases de pintura en el programa Rescate de Espacios Públicos, que consiste en ofrecer a la población cursos o pláticas sobre diferentes temas en lugares abiertos, como unidades deportivas o plazas públicas. Ella le aseguró que la nueva administración municipal está muy preocupada por la promoción cultural y la difusión de las actividades artísticas y por eso se acercaba con él.


Media hora después, según me platicó Ricardo, llegó un inspector municipal que le dijo que tenía órdenes de no permitir que hubiera comerciantes obstaculizando el tránsito en los portales, por lo que le pidió que se levantara y pidiera su reubicación a la calle Jesús Gudiño, donde actualmente se instalan algunos comerciantes de artesanías.
En la plática entre Ricardo y yo surgieron varias consideraciones sobre este suceso: recordamos cómo en 2010 se le concedió a este grupo un permiso para exponer, pintar y ocasionalmente vender algún cuadro en los portales del centro de Autlán. La idea original era llenar los cuatro portales de pintores y sus obras, aunque casi nunca pasaron del portal Guerrero. El permiso fue expedido por la Casa de la Cultura y debía ser ratificado por la secretaría general del Ayuntamiento. Esta ratificación nunca se realizó, solamente les dieron largas a los pintores para que volvieran después, aunque nunca fueron molestados por ningún inspector municipal.
Desde el inicio de la actual administración han estado buscando que se les ratifique su permiso pero, por cuestiones de agenda, no han podido ser atendidos por el funcionario responsable. Esta vez sí fueron invitados a retirarse por un inspector, aunque pudimos observar que todavía hay por lo menos dos comerciantes más en el portal: un vendedor de duros de puerco y otra de bolsas tejidas a mano, además de un comercio establecido sobre el portal Guerrero que exhibe parte de su mercancía afuera del establecimiento.
También nos preguntamos cómo, si una de las funciones del Ayuntamiento es la promoción cultural, entendida como facilitar que la población entre en contacto con las actividades artísticas y culturales, se prefiere que el portal esté "limpio" a que la gente pueda apreciar artes plásticas sin necesidad de ingresar a un recinto cerrado a donde, por otro lado, no ingresa porque en muchas ocasiones no las conoce.
En fin, los integrantes de Portales del Arte seguirán intentando que se les permita exponer en los portales del centro de Autlán donde, dicho sea de paso, no estorban de modo alguno el tránsito de peatones, para promover su trabajo y, según sus palabras, contribuir a darle un ambiente artístico a ese lugar.
La relación entre los pintores de Portales del Arte y las autoridades municipales ejemplifica muy bien las contradicciones entre la proclamada preocupación oficial por la promoción cultural y las acciones que se realizan para lograrla.


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